Don José Ortega y Gasset en su discurso del 30 de julio de 1931 ante las Cortes Constituyentes de la Segunda República dijo, entre otras cosas, que a la Cámara no se podía ir a hacer ni el payaso, ni el tenor, ni el jabalí. Hoy, ochenta y cinco años después, la historia, nuevamente, se repite.
Pasan los tiempos, las nuevas tecnologías avanzan que es un primor y las formas de vida cambian radicalmente. Sin embargo, las maneras de nuestros políticos parecen estar enquistadas en un punto de vocinglerías y lamentables sucesos.
¿Hasta cuando?
("Fin de la cita")
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