viernes, 6 de abril de 2012

SENTIRME BIEN, ES RECORDARTE

Quizás fue una hecatombe de esperanzas,
un derrumbe de algún modo previsto,
¡ah!, pero mi tristeza solo tuvo un sentido,
todas mis intuiciones se asomaron
para verme sufrir
y por cierto así me vieron.

Hasta aquí había hecho y rehecho
mis trayectos contigo,
hasta aquí había apostado
a inventar la verdad,
pero tu encontraste la manera,
una manera tierna
y a la vez implacable,
de desahuciar mi amor.

Con un solo pronostico lo quitaste
de los suburbios de tu vida posible,
lo envolviste en nostalgias,
lo cargaste por cuadras y despacito,
sin que el aire nocturno lo advirtiera,
ahí lo dejaste a solas con su suerte,
que no es mucha.

Creo que tienes razón,
la culpa es de uno cuando no se enamora
y no de los pretextos ni del tiempo.
 
Hace mucho, muchísimos días
que yo no me enfrentaba
como anoche al espejo
y fue implacable, como tu,
y no fue tierna su imagen.

Ahora estoy solo, francamente solo,
 pero siempre cuesta un poco
empezar a sentirse desgraciado
antes de regresar
a mis lóbregos cuarteles de invierno
con los ojos bien secos, por si acaso.

Y miro como te vas adentrando en la niebla
y empiezo a recordarte en la distancia del tiempo...
...porque recordarte, es hacerme sentir bien.