En ocasiones las frases y dichos cotidianos que circulan habitualmente entre nosotros resultan verdades como puños. De forma que aquello tan clásico que dice “recordar es volver a vivir”, se vuelve auténtica realidad. Así lo constata el hecho de que el pasado 18 de enero, cuando en la Sala Matadero de Huesca se revivieron en un visto y no visto, cual túnel del tiempo, vivencias de hace 40 ó 45 años. El grupo musical oscense Los Bisoños, en un coreado concierto, hizo posible la vuelta a aquellos años 60-70, época en la que sonidos, sabores y hasta olores de aquel entonces hicieron que muchos de los asistentes al evento resucitaran no pocas sensaciones de su loca juventud. Juventud vivida entre cables, guitarras eléctricas (por aquel entonces toda una sensación), baterías, “órganos electrónicos”... Un tiempo en el que la gente joven, además de divertirse sanamente iniciaba, también, una forma de reivindicar tiempos futuros de mayor libertad...
Fue una noche especial, mágica, en la que como ya he señalado anteriormente, muchos de los asistentes al concierto, se sintieron más jóvenes trasladándose a días realmente importantes de sus vidas. Recordar... volver a vivir... Todo un acontecimiento.
A los organizadores de tal velada, de su exposición, así como a todos los que en aquel momento conformaron ese amplio abanico de conjuntos musicales oscenses (la relación de los mismos sería amplísima) mi gratitud por aquellos sonidos, sabores y hasta olores de antaño.
Gracias.
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